domingo, 11 de mayo de 2008

El árbol de las diferencias

. © Westermann
En buena parte de Alemania el 1º de Mayo de levanta el Maibaum (algo así como árbol de mayo) en muchas de sus plazas. Originalmente son de madera de abedul, cuyo tronco va siempre pintado con los colores propios de la región de Baviera: azul y blanco. Éste suele ir decorado con estandartes que representan los oficios comunes de los pueblos en donde se levantan: zapateros, carniceros, herreros, etcétera. Todo ello se hace alrededor de un fiesta en la que suele participar la comunidad y sus autoridades más inmediatas. En la plaza Karl-Heinrich-Ulrichs en Múnich, la fiesta estuvo organizada por el Centro cultural y de comunicación del colectivo gay (Schwule Kommunikations- und Kulturzentrum München), en donde se erigió un Maibaum adornado con toques de la bandera gay junto a imágenes de parejas del mismo sexo con ademán de besarse, y más abajo, con los trajes típicos tiroleses posan mujeres junto a sus novias al igual que los hombres junto a los suyos. El martes 6, apareció reseñado en le periódico regional TZ la noticia que unos "vándalos" habían dañado con pintura gris el árbol. Actos como éste no son más que claras manifestaciones de homofobia, que se manifiestan de una manera violenta como la destrucción de símbolos que promueven la conciliación e integración. A mí lo que más me asombra de la INTOLERANCIA; es que el intolerante ve en la diferencia como una especie de imposición. No soy gay, y el hecho de que personas tengan esa opción sexual no me violenta para nada, pero hay personas que parece que sí se sintieran violentadas por el simple hecho de evidenciar tal diferencia, ¿por qué? ¿en qué les afecta? me pregunto. Todavía no lo entiendo y me cuesta comprender la violencia que late en la negación de las diferencias del otro. Desde acá mi respaldo a las comunidades que trabajan por la convivencia pacífica y armónica de T-O-D-O-S. Para terminar, les invito a que lean el interesante artículo que aparece en el blog de Os bobolongos, acerca de la polémica del libro infantil perseguido por los veedores de la moral, Tres con tango. El artículo lo han titulado como: Salvemos a los pingüinos gays. Segunda foto: © Schlaf .

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