jueves, 8 de mayo de 2008

Amandititita crea un nuevo género musical: la 'anarcumbia'

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...Mi amigo, el poeta Daniel Molina, se ha vuelto sin proponérselo mi verdadero corresponsal en Latinoamérica, me mantiene al tanto de joyas, como la de la maravillosa mexicana Concha Michel, editada por el exquisito sello alemán Winter and Winter. Esta vez, otra mexicana, a la que Daniel me la presenta como "el mejor secreto a voces del kitsch", una suerte de cumbia urbana, el pop en su mejor descripción (aunque muchos la catalogan de anti pop); entra en esa categoría bizarra, en la que uno no puede tomárselo en serio pero a la vez no le queda a uno más que valorarlo dentro de su contexto, irrumpe como una bomba en la escena musical, bajo el hiperbólico diminutivo de Amandititita (así como lo leen), quien ha creado un nuevo género que ha bautizado como anarcumbia.
La verdad, no se parece a nada de lo que el marketing recomienda para una cantante joven: es gordita, chaparrita (como dicen en México), no se tiñe de rubio, se viste al más puro estilo kitsch latinoamericano auténtico, ese que se encuentra en los buhoneros (mercadillos) de la calle, con pretensiones de lujo satinado y glamour de encajes... los títulos de sus canciones se me antojan sugestivos, cuanto menos curiosos: La microbusera, La mataviejitas (que utiliza como guiño los violines escalofriantes de Psicosis), La muy muy (dedicada a las vanidosas), Viernes de quincena (una crónica del currante común), en Latinoamérica los sueldos son tan bajos que se pagan cada quincena, a manera de administración encubierta, Libidinoso y su éxito, Metrosexual, el cual muchos, sin sentido del humor ya han protestado en miles de foros, insultándola sin tapujos al no parecerle graciosa la canción.
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Su impronta no es poca, hija del rockero de culto, fallecido en el terremoto de México (1985), Rockdrigo González, la cantante y compositora estudió en la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) y en la Escuela Dinámica de Escritores ya que lo que quería era escibir cuentos y novelas. El azar la llevó a la música, letras urbanas e irónicas, pero sin acritud. Ella confiesa que para llegar a su estilo le ayudó el músico Lino Nava de la clásica banda de rock La Lupita, para que la gente “de la Alameda Central” pudiera escuchar sus historias “con la música que acostumbran”.
Asombra al ver los caminos de las propuestas alternativas, en su mayoría pretenciosas, que se cuecen por ejemplo, en la noche madrileña y sus cantantes, chicas que van de malas y guays (cool) pero a las que tanta pose no les deja acercarse ni por un ápice al trabajo de Amandititita, es como si el camino les fuera más tortuoso y terminara su trabajo siendo de lo más impostado.
Como dice el guía del curioso blog de Monseñor Bizarro (quien es locutor de un programa de Rock duro en Durango): "una joya de 24 kilates musicales" y como lo dirían los de la MTV Latinoamérica en el más puro espanglish: Chékenlo!
Os dejo el vídeo de Metrosexual
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