martes, 15 de abril de 2008

Tú pones el látex y yo el corazón

Nancy Oliver es la guionista de la película recién estrenada en Europa: Lars y una chica de verdad, dirigida por Craig Gillespie. Ello, le hizo merecedora en 2007 del premio National Board of Review (EE UU) al mejor guión original, además de haber sido nominado su guión en 2008, a los premios Oscar. En su trayectoria destaca como guionista de unos siete capítulos de la excelente (y para mí inolvidable) serie A Dos Metros bajo Tierra; la idea de este film parte de un un capítulo para la misma, que nunca dejaron que se realizase.
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Celebro nuevamente el espacio que las mujeres se van haciendo dentro de este oficio, y no por cuestión de identidad de género, solamente, sino porque también supone una mirada diferente dentro del cine, que siempre viene bien.
. La película, sin embargo, le sucede lo que a muchas ante un argumento sumamente original: que éste termina por serlo casi todo. Sí, sabemos que hace más de 30 años el gran Luis G. Berlanga dirigió y escribió junto con otro grande, Rafael Azcona: Tamaño Natural, en la que una muñeca formaba parte de un "triángulo amoroso” dentro de un matrimonio.
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En este film, ambientado en un pueblecito invernal, el joven Lars (Ryan Gosling) se nos presenta, más que tímido, como un personaje al que le es casi imposible relacionarse con “los otros”, hasta que un día, el amor lo cambia todo... luego de encargarla por internet, le llega a casa una muñeca ad hoc, Bianca, una mezcla exótica, mitad brasilera y mitad danesa.
. Hasta aquí podríamos encajar a Lars en ese buen porcentaje de hombres que compran estas muñecas (ahora asombrosas por su aspecto real), en la que a manera de puzzle pueden encargarse una compañera o compañero como “casi lo soñó”. La cuestión da un giro cuando éste introduce a su novia dentro de su círculo social como si fuese un ser de verdad, siguiéndoles el resto el juego por un consejo de su psiquiatra, cuestión que también subraya el espíritu de ayuda entre un pequeño núcleo y su comunidad. En ese momento, Lars se mueve dentro de los roles sociales con una naturalidad que antes carecía, asiste a fiestas, a desayunos con su hermano y habla desenvueltamente. .
Aún con las buenas actuaciones que nos hace creíble toda esta historia –y en ello se sostiene en buena medida- la película patina un poco en su argumento, la locura inquietante de tratar como una más a Bianca se va desgastando y repitiéndose un poco…
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Creo que el director no logra tomarle el pulso a la narración, por lo que resulta irregular, aún así es una película que se deja colar, que resulta "curiosa", que no deja mal sabor, ya que el buen rollito de la familia y la gente del pueblo le da un toque esperanzador, que dicen sus creadores conectar con el clásico Qué bello es vivir, ya que el grupo decide acompañar en su fantasía al joven desequilibrado en pos de una mejora.
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De alguna manera me ha venido la imagen del hombre (en sentido general), negándose a abandonar su infancia, por lo que se aferra a su ideal/ amigo de juguete.
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Me pregunto qué dirían de Bianca, la poderosa María de Metrópolis o la tristemente dulce Rachael de Blade runner o la "destroza matrimonios" de Tamaño natural por los momentos, aunque la peli tenga sus bemoles, Nancy Oliver ha sorprendido a buena parte de la crítica, de todas formas, con el cine, siempre quiero más.
Imagen Nancy Olivier: © J. Emilio Flores/ The New York Times

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