lunes, 28 de abril de 2008

Espejos de la memoria 6- La total desnudez de Nan Goldin

Autorretrato en rojo.

La reconocida fotógrafa Nan Goldin ( Washington D.C., 1953) ha trabajado desde hace años en el retrato de seres anónimos y cercanos a la artista, como una suerte de biografía a través de las imágenes. Desde que se mudó a Europa ha trabajado como profesora en la universidad de Yale y confiesa su asombro al comparar su época de estudiante, en la que ni sus compañeros ni ella pensaban hacer dinero con el arte, "Ahora a los estudiantes que enseño... solo quieren saber en qué galería pueden ayudarles para exponer. Apenas se gradúan, van directo a exponer a las grandes galerías".

Su obra se me antoja como una antropología cultural cercana, en la que la artista siente la necesidad de involucrarse con su sujeto retratado. Ella reniega del retrato único, al punto de haber fotografiado a sus modelos por más de 20 años, siendo solo la continuidad la manera con que cree reflejar enteramente a sus personajes, convirtiéndose su trabajo en una narración. Sus amores, amantes, amigos, padres han sido constantes en sus temáticas, en los que hurga con una inquietante, y a veces desesperada, motivación en los roles de género que mujeres y hombres solemos cumplir, a la vez que se construye un diario de trasfondo muy urbano. Ello lo lleva más allá, en su trabajo de La Balada de la dependencia sexual, imágenes presentadas en slideshows (a manera de película) en la que las parejas y sus relaciones se exponen al desnudo.

Autorretrato en mi habitación.

Su trabajo huye de la perfección, no manipula ninguna de sus fotos, no le interesa la belleza como tópico, si hay o no luz, si quedan borrosas... las vidas de la gente, el momento, es lo que ella le interesa retratar y están allí, así la luz no les favorezca. Sus escenarios se nos revelan cercanos, gente común en las que a veces nos vemos, es como salir a la calle, y entonces aparecen en sus fotos personas haciendo el amor, riendo en un modesto apartamento junto con amigos, un moretón en una pierna, una cicatriz de embarazo... Pero Goldin reconoce que otros artistas (de otras disciplinas, eso sí) ya habían utilizado algunas de su formas recurrentes: "Pasoloni utilizó a jóvenes de la calle que él amaba y deseaba. Fassbinder utilizó sólo a gente que conocía. Cassavetes utilizó la misma gente una y otra vez, así que no soy la primera que hace esto".

La artista confiesa haber estado muy influenciada por el cine, ya que mientras no iba al instituto iba a ver películas dos o tres veces por día. Pero más allá del cine clásico de los años 40 y 50, que devoró, dice que el cine de Fassbinder y Kieslowski han sido un referente para su trabajo. Ha incursionado en el cine, realizando para BBC de Londres un documental, autobiográfico, I'll Be Your Mirror (Seré tu espejo).

Simon y Jessica en la piscina.

Seleccioné un par de autorretratos del artista, uno en rojo, saturado, que com muchos otros que ella ha realizado tienden a disolverse en un desenfoque, o bien el otro, una Goldin sexual, de melena alborotada y semidesnuda en la intimidad de su habitación. Por otro lado escogí un grupo de fotos (entre otras) de su serie de 17 fotografías: Portfolio Cookie Mueller (1976), su amiga quien fue actriz de varias películas de John Waters, en el que deja registro de su relación con ella, de la boda de Cookie, de ella con su hijo, de la muerte del marido y luego la de ésta, en la que lejos del pudor se atreve a retratarlos en su propia urna, como también lo hiciera el fotógrafo japonés (con quien a veces la han comparado) Nobuyoshi Araki con su madre y su esposa, retratándolas en la enfermedad y luego en su muerte. Es tan brutal, potente como tierna, la foto que tomó del delgadísimo y solitario brazo entre las sábanas de un amigo enfermo de sida: Gilles arm. La artista se ha atrevido a retratar sin patetismo muchos temas tabú para nuestra sociedad: la muerte, la enfermedad, la sexualidad y sus diversas identidades...

Jabalowe durmiendo debajo del mosquitero.

Goldin reflejó como nadie el espíritu de los 80 del cual se nutrió y vivió intensamentea. Su mayor valor es la desnudez que otorga a sus retratos. En su trabajo abraza a la vida en todo su esplendor y horror por igual, aunque buena parte de sus fotos enfatiza en el dolor, la soledad, la enfermedad, las relaciones y lo cotidiano, su más reciente trabajo se deja sentir menos doloroso, se abre paso al mundo exterior a través de los paisajes y se nota cierta calma en sus retratos, que continúan explorando la intimidad y la sexualidad. Pueden verse en la página de la galería www.yvon-lambert.com

Portfolio Cookie Mueller.

Imágenes: © Nan Goldin

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